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Las cuatro generaciones del arte de vanguardia

Las cuatro generaciones del arte de vanguardia

BLANCA DURÁN
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granada. Del realismo más preciso a un conjunto de formas abstractas meramente esbozadas. El arte granadino, desde sus diferentes manifestaciones plásticas, se ha mantenido siempre a la vanguardia de las nuevas tendencias, apoyado fundamentalmente en las raíces de la pintura de los autores de principios del siglo XX y en la convulsión que supuso la creación de la Facultad de Bellas Artes.
La galería Jesús Puerto ha sido testigo de excepción en estos últimos años del devenir artístico en la ciudad, donde algunas generaciones de autores han comenzado su camino y otras han visto consolidar su obra. Recién reformada, la galería inaugura su nueva temporada con una representación de la línea expositiva que ha seguido en estos últimos años, marcada por la variedad de tendencias y el apoyo a los valores más jóvenes. Aunque estoy interesado fundamentalmente en la pintura, la galería tiene un espíritu abierto a todas las tendencias que escapa de modas y que siempre se ha centrado en la calidad, explica el director de la galería, Jesús Puerto.

La muestra está encabezada por las obras de Francisco Lagares, Juan Vida, Carmelo Trenado y Francisco Molinero Ayala, cuatro figuras básicas del panorama plástico andaluz. Lagares, profesor de Bellas Artes en la Universidad de Granada y miembro de la Real Academia de Bellas Artes, participa en la exposición con el enorme tríptico bicolor Sobre amarillo de cadmio. Realizado hace dos años, el cuadro está compuesto mediante espacios planos que juegan con la saturación del color y los tonos complementarios. La obra tiene dos lecturas posibles; la visión general que se hace desde lejos y la que sólo se ve cuando te fijas en los detalles. El dibujo aparece utilizado como un elemento pictórico más, donde el espacio del fondo es el que va construyendo las formas, explica el autor.

Junto a Lagares, el pintor granadino Juan Vida expone una obra reciente de gran formato que representa el camino de Santa Fe a través de una visión diferente, donde se pone de relieve la exaltación del paisaje y la mezcla de colores. Incorporo elementos a lugares distintos que me impactan de alguna forma, aunque siempre intentando que el resultado sea algo creíble, apunta.

Símbolos del arte más transgresor, Carmelo Trenado y Francisco Molinero Ayala –ambos profesores de Bellas Artes– participan en la exposición con dos de sus obras más recientes, que en el caso de Trenado se convierte en una pieza de gran formato que sirve de puente entre su concepción estética habitual y su nueva visión del arte.

Entre los veteranos de la galería Jesús Puerto aparecen algunos de los nombres esenciales del actual realismo, como José Luis Alguacil o Cipriano Riveiro. En un tríptico de líneas muy limpias y sencillas, Alguacil expone un bodegón de flores que sólo deja percibir algunos de los detalles para centrar su atención en un fondo despojado de elementos. Por otro lado, Riveiro se acerca a un tratamiento muy cuidado del paisaje desde su particular representación de los restos arqueológicos de Agrigento en Sicilia y una vista de pájaro de Sao Paulo, donde contrapone la visión de la ciudad rica con la vida en las favelas.

Juan Manuel Reyes, que escapa de los márgenes de ese realismo, participa en la exposición con una obra muy reciente que pertenece a una nueva serie donde trabaja a partir de collages sobre papel que dejan ver un espectáculo de colores. No es nada en concreto y todo a la vez, está abierta a múltiples lecturas. Es lo que surge de la total abstracción de la realidad, la nada donde ocurren las cosas, apostilla el autor.

Francisco Montañés, Guillermo Mora, Francisco Carreño y Luis Bertos son, pese a su juventud, figuras esenciales en el auge del arte contemporáneo granadino. Montañés presenta una obra enmarcada en un curioso formato circular y que continúa con su serie de dibujos de japonesas: Pinto por placer y mis nuevas obras son el mejor reflejo de eso. He buscado un resultado más vaporoso, más delicado, donde las formas casi aparezcan diluidas para dejar paso a la emoción.

De gran impacto visual, Carreño exhibe una obra monocroma de gran formato que forma parte de una serie sobre la arquitectura de la ciudad de Roma. En ella, el color pasa a un segundo plano para convertir en protagonista absoluto a un dibujo preciso y detallado que parece construir un decorado. En una línea similar, Luis Bertos presenta su particular visión de la Iglesia de San Jerónimo, pintada a base de claros y oscuros y con una rica gama de matices de colores.

Cercano al estilo japonés de la pintura de aguadas, Guillermo Mora presenta un cuadro de gran formato dividido en cuatro partes que se adentra en un estudio de la dinámica de los peces. La obra es la conclusión de un proyecto de apuntes y estudio sobre los peces para, a partir de ahí, desarrollar una obra más meditada, apunta Mora, quien actualmente reside en la Fundación Gala de Córdoba.

Esta nueva exposición supone el primer contacto de la galería con tres autores: Eduardo Roca, David Calderón y Pepe Molero, que han coincidido en recoger una representación pictórica de Granada y sus rincones. Así, los paisajes urbanos realistas y plagados de matices de colores y sombras de Calderón, contrastan con la aproximación al río Darro de Molero, realizada a base de una deconstrucción de los espacios. Junto a ellos, Roca juega desde una estética cercana al cómic con un paisaje de la periferia, que colorea a partir de tonos planos y presta gran atención a las perspectivas.

Cuatro generaciones de autores y una rica variedad de formas de entender y disfrutar del arte, una muestra que permanecerá abierta hasta el próximo 20 de abril poniendo de relieve el momento de esplendor que atraviesa la pintura granadina.

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