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La mitad de los pacientes con trastorno bipolar sufre alguna discapacidad laboral, social o familiar, según un estudio

La mitad de los pacientes que sufren trastorno bipolar sufren algún tipo de discapacidad laboral, social y familiar, además de que el 20 por ciento aproximadamente presentan discapacidad en estos tres niveles, según se desprende un artículo científico publicado recientemente en la prestigiosa revista ‘Psychiatry Research’.

   Este trabajo, publicado por el doctor del Grupo de Investigación en Psiquiatría y Neurociencias de la Universidad de Granada (UGR) Luis Gutiérrez Rojas, ha analizado los factores asociados a una mayor discapacidad laboral, social y familiar en una muestra de 108 pacientes diagnosticados de trastorno bipolar.

   Esta investigación ha revelado que la discapacidad a nivel laboral en estos pacientes está relacionada con un mayor número de episodios maniacos, sufrir tres o más hospitalizaciones psiquiátricas, padecer sintomatología depresiva y tener un bajo nivel educacional. La alta adicción al tabaco también puede ser más discapacitante para los pacientes con trastorno bipolar laboralmente que los síntomas depresivos.

   Gutiérrez Rojas afirma que la discapacidad a nivel social –dificultad para establecer relaciones fuera de la familia e integrarse socialmente– en estos pacientes se asocia a sufrir un mayor número de hospitalizaciones y episodios depresivos, así como a tener síntomas activos de depresión. «Tener un gran apoyo social se asocia a una menor discapacidad social en estos pacientes», destaca el autor de este trabajo.

   En último lugar, la discapacidad familiar, esto es, dificultad para tener buenas relaciones entre el paciente y otros miembros de su familia, se ha asociado a las hospitalizaciones, los episodios maniacos, la sintomatología depresiva y con una mayor puntuación en la escala CAGE que mide el abuso de alcohol.

   «Si queremos evitar la discapacidad en los pacientes con trastorno bipolar, tenemos que evitar la recurrencia de la misma, evitando los episodios depresivos y maniacos, y actuando con prontitud para que los episodios se traten desde el primer momento y no desemboquen en una hospitalización», ha relatado.

   Gutiérrez Rojas señala que la dependencia al tabaco, además de serias secuelas a nivel físico, está asociada a un peor pronóstico de la enfermedad bipolar. Al mismo tiempo, el apoyo social debe ser mejorado, «e incrementarse en aquellos pacientes que no lo tienen.

   El abuso de alcohol es especialmente conflictivo a nivel familiar y es la sustancia adictiva más usada en esta enfermedad. «Explorar y detectar dicho consumo en estos pacientes es especialmente importante si queremos mejorar sus relaciones familiares».

   Los resultados de este trabajo han sido presentados recientemente en el IV Encuentro Hispano-luso de Adherencia Terapéutica celebrado en Oporto (Portugal), donde fue galardonado con el tercer premio de investigación.

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