El movimiento de las emociones
La expresión corporal se nutre de las artes escénicas, pero dista de ellas en la intención con la que trabaja. Si para la danza o el teatro, la técnica es el marco que ordena las emociones, la expresión corporal presume de no poner límites a las vivencias del individuo.
Los beneficios emocionales de esta disciplina le han abierto un hueco entre los temarios de Secundaria y Bachillerato. Forma parte de Condición Física y Salud, un bloque dentro de la asignatura de Educación Física y, en algunos centros, se oferta como una optativa. La idea de que cuerpo y mente funcionan por separado ha quedado obsoleta para los alumnos, que desde 10de ESO rompen con la educación de movimientos esteotipados en pro de la creatividad.
El Encuentro de Expresión Corporal del 29 de abril en Madrid fue un reconocimiento al trabajo en la materia de 14 institutos de la Comunidad. Cada centro presentó en el salón de actos de la Facultad de INEF (Politécnica de Madrid) una coreografía para la que Jesús Martín, uno de los profesores organizadores, pedía un único requisito, «el compromiso». Según Laura, una danzarina participante, han destinado para la preparación «recreos, horas lectivas y extraescolares durante meses».
Los 15 años que la Universidad de Granada lleva presentando una iniciativa similar fueron el germen que dio lugar a su homóloga en Madrid. Son ya cuatro ediciones que han indagado en el carácter científico de la materia. Las universidades han colaborado estrechamente con los centros y los universitarios han orientado a los escolares en sus montajes.
Javier Coterón, responsable del programa en la Universidad Politécnica, destaca que esta celebración expresiva «hace que los chavales se valoren más y que sean estrellas haciendo lo que teóricamente les está prohibido», en referencia a los varones. Y subraya lo más importante, «no hay modelo correcto, la respuesta es la que vale».
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