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Primer paso para regenerar el corazón con células madre

Primer paso para regenerar el corazón con células madre

Un equipo científico multidisciplinar investigará la posible reconstitución de células cardiacas en personas que sufren enfermedades cardiovasculares

j. guerrero
científicos. El equipo, con los investigadores italianos en primer plano y los malagueños al fondo.

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ESTHER IORFIDA
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málaga. Han dado el primer paso para curar las cicatrices del corazón humano y piensan hacerlo investigando con células madre. Es lo que dispone el acuerdo firmado ayer por el Hospital Clínico Virgen de la Victoria de Málaga y que lo incluye en una importante red de investigadores de Europa. El objetivo está claro: buscar la forma de regenerar el tejido que muere en el corazón a causa de un infarto de miocardio, y que no se regenera de forma natural.
Hasta el momento, los médicos aplicaban tratamientos para compensar ese mal funcionamiento del corazón, pero lo ideal es aportar tejido nuevo que repare esos daños, esas cicatrices, en el músculo cardíaco, algo que puede hacerse de forma integral, con un trasplante de corazón, pero que el equipo va a intentar conseguir parcialmente con células madre. El descubrimiento mejoraría notablemente la calidad de vida de los enfermos infartados o los que tienen una insuficiencia cardíaca, aunque, para que la investigación tenga su aplicación clínica, todavía debe pasar bastante tiempo, como recordó Eduardo de Teresa, jefe del servicio de Cardiología del Clínico.

De Teresa participó ayer en la firma del convenio que pondrá en colaboración al Clínico con el departamento de Farmacología de la Universidad de Málaga, el Centro Regional de Transfusión Sanguínea y Tejidos, y con un grupo de la Universidad de Granada liderado por la catedrática de Anatomía y Embriología de esta facultad, Antonia Aránega. Además, también participarán en la red de investigación la Universidad de Bolonia, el Instituto Nacional Italiano de Bioestructuras y Biosistemas, y el Instituto Médico de Karolinska (Suecia), conocido por donar las primeras líneas celulares al Banco de Células Madre de Granada.

Pero en todo este entramado investigador también tiene mucho que decir la Fundación Imabis –en la que se integran los hospitales públicos, el PTA y la UMA–. Fernando Rodríguez Fonseca, su gerente, explicó ayer que en los próximos proyectos de la fundación figura la creación de un nuevo laboratorio para el Hospital Clínico.

En todo el proceso, cada grupo desarrollará un papel diferente en la investigación, y el Hospital Clínico ya tiene adjudicada la primera fase de uno de los proyectos, que no será de ensayos clínicos, sino que estudiará las reacciones del cuerpo humano ante esta enfermedad. En el infarto de miocardio, la médula ósea del enfermo empieza a generar células madre que pasan a la sangre, pero que no resultan suficientes para reparar el tejido dañado. Lo que queremos es medir en qué momento se producen esas células y examinar todo ese proceso, apuntó De Teresa.

Para ello, y durante los dos próximos años, los cardiólogos del Clínico analizarán la respuesta fisiológica al infarto en unos 80 pacientes para averiguar la forma de modular o potenciar esa reacción natural del cuerpo humano.

Los investigadores dejaron claro ayer que los resultados de estos estudios preliminares tardarán en llegar, y más aún los primeros ensayos clínicos y su aplicación en el día a día de un hospital. Al hablar de terapia celular, no se pueden levantar falsas expectativas. Sabemos dónde empieza la investigación, pero no dónde vamos a acabar ni adónde nos llevará, señaló ayer la catedrática de la UGR, Antonia Aránega.

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