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Las fantasías sexuales: estimulantes del erotismo

Irse a la cama con una persona del mismo sexo o con varios amantes al mismo tiempo. Tener una aventura con un desconocido o desconocida. Mantener un encuentro amoroso salvaje que dure varios días. Hacer el amor en un lugar prohibido o con alto riesgo de que alguien lo descubra, son algunos ejemplos de las fantasías sexuales más frecuentes que todos guardamos en un rincón secreto de la mente y que, de acuerdo a los sexólogos, son normales e incluso necesarias dentro de una vida sexual sana, ya que funcionan como estimulantes del erotismo.

 

Según un estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR), en España, los hombres tienen más fantasías sexuales, tanto positivas como negativas, que las mujeres, lo que según los investigadores granadinos confirmaría la vieja creencia popular de «ellos piensan más en el sexo que ellas». Para su investigación, los expertos han encuestado a 2.250 personas de 18 a 73 años de edad, que mantienen una relación de pareja heterosexual de, al menos, 6 meses de duración.

Los resultados indican que casi el 100 por ciento de mujeres y hombres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable durante su vida, y alrededor del 80 por ciento de los participantes en el estudio tuvieron, al menos, una fantasía sexual negativa o desagradable en algún momento. Pero, según la UGR, existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos, ya que «las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, algunas veces al mes». Por su parte, los hombres piensan más a menudo que ellas en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o la búsqueda de nuevas sensaciones, como «ser promiscuo», «intercambiar parejas» o «participar en una orgía».

Un condimento para el deseo

Un estudio de la Universidad de Lethbridge, UoL, en Alberta (Canadá), ha concluido que la mujer tiene una mayor proporción de sueños eróticos durante los días fértiles del mes. Para su experimento, los investigadores solicitaron a 27 mujeres solteras, en su gran mayoría estudiantes universitarias, que fueron detallando sus fantasías sexuales en un diario online, a los largo de treinta días.

Al analizar sus apuntes diarios, los expertos descubrieron que la imaginación sexual de las participantes aumentaba, hasta casi duplicarse, durante los tres días previos y posteriores al momento de la ovulación. Durante ese lapso de fertilidad, aquellas mujeres que normalmente tenían una media de 0,77 fantasías sexuales cada jornada, pasaban a experimentaron 1,3 fantasías eróticas diarias. Además, en el trabajo canadiense, las mujeres reconocieron que durante su ovulación sus visualizaciones sexuales eran más excitantes, menos explícitas pero con más contenido emocional. Los investigadores también observaron que el aumento de la imaginación y el pensamiento sexual no dependía de que las mujeres tuvieran o no pareja, sino de su interés por el sexo.

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